Buenas tardes, esta es la última entrada del ciclo de 14 entradas a lo largo de las cuales hemos indagado en el pasado culinario de las sociedades medievales. A continuación vamos a reflexionar sobre lo que hemos aprendido, lo que hemos buscado y conseguido a través de la creación de este Top Chef de inspiración medieval.
Comenzamos nuestro viaje presentado el marco teórico e histórico de la alimentación y la investigación asociada en los tres ámbitos culturales que sobresalieron durante el periodo medieval: mundo cristiano, Al-Andalus y Bizancio.
Apoyándonos en las fuentes historiográficas, el registro material procedente de las excavaciones y a través de la arqueología experimental trazamos los rasgos más significativos de unos ámbitos culturales diversos, en contacto y de los que somos herederos.
El Occidente cristiano y el complejo mundo andalusí fueron los dos ámbitos escogidos para la creación del escenario a representar en nuestro programa televisivo. La elaboración de dos recetarios, uno por ámbito cultural, facilitó la reconstrucción del elemento central de Top Chef y de este apartado de nuestro proyecto: la comida.
Desglosados, en sus respectivas entradas, ambos menús en los que buscamos ser, tanto en en sus componentes como en su, elaboración lo más fieles posibles a las pautas que nos daban los recetarios de la época. Más aún, nos permitió comprobar en primera persona los sabores y olores que inundaban las cocinas medievales y corroborar algunos de los imperdibles aportados, así como ver los paralelos existentes hoy en día entre nuestra culinaria y la pasada.
Preparado el elemento material comestible era necesario crear un escenario que representara la situación del programa y que nos diera un marco de actuación acorde a la época tratada.
Para ello, como ya explicáramos en la entrada pertinente a la creación del escenario, usamos un fondo común con la inclusión de elementos que permitieran la individualización y caracterización de cada uno de los dos mundos.
El escenario cristiano se diferenció por el uso de escudillas cerámicas lisas o la presencia del pan como sinónimo de comensalidad cristiana. Mientras que el andalusí trajo a escena elementos metálicos o decoraciones faunísticas, así como la presencia del membrillo tan exaltado y al que ya dedicamos un apartado.
Cuál era el objetivo y cuáles los resultados, bueno, en primer lugar buscábamos la creación de dos escenarios asociados cada uno de ellos a un menú, unos elementos materiales y una vestimenta propios de la cultura a la que representaban y que se adaptaran al formato del programa que buscábamos escenificar.
En segundo lugar, o como etapa final de este apartado del trabajo de recreación medieval por medio de programas actuales adaptados, se procedió a la grabación de un video en el que, a través de los recursos visuales y la información dada, se justificara y explicara la realidad culinaria y gastronómica de los dos ambientes medievales que estábamos reconstruyendo.
Esta reconstrucción y creación fue posible a partir de un elemento central o punto de partida alrededor del cual estructuramos todo el desarrollo del programa y los elementos necesarios: la comida. Y es que, es a través de este elemento como nuestro Top Chef de ambientación medieval logró plasmar la vida cotidiana de estas gentes y dar a conocer los elementos propios de su cultura material, sin olvidar nunca la existencia de paralelismos con nuestro mundo presente y que de algún modo permiten una aproximación didáctica más efectiva del público.
Poco más que añadir, con esta entrada cierro el ciclo de cocina y se apagan fogones de Top Chef. El resultado final y objetivo principal, el video, llegará pronto hasta vosotros. Hasta entonces espero hayáis disfrutado de este viaje por el recetario medieval y os animamos una vez más a cocinar estos platos y viajar de este modo a las mesas de los señores medievales o a los patios andalusís donde las gentes de la época comían y cocinaban en conjunto como parte de una experiencia compartida y transmitida de generación en generación.
Nuria.
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