MEDICINA EN LA EDAD MEDIA
HIGIENE
Sarcófago de pórfido en forma de bañera, donde se enterró al rey ostrogodo Teodorico (Rávena)
Los médicos árabes cultivaron
especialmente la higiene personal. Desarrollaron los llamados “reigimina
sanitatis” (regímenes de salud), que eran tratados en los que se pretendía
fomentar la salud de algún personaje importante, reglamentando en formas
sistemáticas las “seis cosas no naturales”. Un claro precedente de estos
“regimina” puede encontrarse en las recomendaciones higiénicas que se
encuentran en el Liber Regius de Ali
Abbas (siglos X), y en el libro Sobre la
dieta de Isaac Iudaeus. Por su parte, Maimónides (1135-1204) escribió un
famoso Regimen sanitatis para el
sultán de Damasco. En el Occidente cristiano gozaron de gran productividad los regimina sanitatis. Uno de los más
famosos fue el Regimen Sanitatis
Salernitanum, escrito en la Escuela de Salerno.
Durante la Edad Media apareció el nuevo objetivo de prolongar la vida,
probablemente por influencia de la alquimia. En la obra de Roger Bacon se recomiendan
alimentos, baños, ejercicios y remedios alquímicos para conservar la juventud. La dietética clásica también inspiró los intentos europeos por adaptarse
a las tierras recién descubiertas. Se pensaba que la constitución de las
personas estaba determinada en parte por la constitución del lugar en el que
vivían, por eso emigrar a otras tierras significaba un peligro para la salud, y
había que aclimatarse gradualmente introduciendo ciertos cambios en el régimen
de vida.
En el siglo XVI comienzan a aparecer tratados que unen la mortalidad con
la higiene personal. El cristiano había contribuido, desde la Antigüedad, a dar
un tinte ascético a la higiene, condenando algunos vicios (gula, embriaguez…)
que los higienistas desaconsejaban.
Sarcófago de Pedro El Grande, III de Aragón y II de Barcelona. La bañera, realizada también en pórfilo, en este caso era una reutilización del mundo romano.
En relación a la higiene pública, durante la Edad Media fue
cuando se empezaron a tomar medidas para evitar la transmisión de ciertas
enfermedades. Creación de los lazaretos y las medidas de cuarentena ante la
peste negra.
Durante el Renacimiento
aparecieron los primeros tratados sobre las enfermedades asociadas a ciertas
ocupaciones, relacionados con la higiene laboral.
FÁRMACOS
No se cambió
básicamente el modelo antiguo. Los autores árabes incorporaron a la
materia productos africanos y asiáticos. De esta forma, Ibn-Al-Baytar de Málaga (en el siglo XIII) incluyó cerca de 1500
remedios.
En general, la medicina islámica prestó
bastante atención a los remedios botánicos y químicos. Por ellos muchos
términos químicos son de origen árabe: alcohol, álcali, elixir, alambique…
La farmacia llegó a ser en el mundo árabe
una profesión respetada, independiente de la medicina, pudiendo ver un ejemplo de éstas en la imagen de la izquierda.
Herbario medieval
CIRUGÍA
Tratmiento de hemorroides, operación de vista, etc.
Durante el periodo alto medieval de “medicina monástica”, los monjes asumieron la práctica de la
medicina, y ocasionalmente también de la cirugía, pero las jerarquías
eclesiásticas acabaron limitando tales actividades “seculares”. El edicto
definitivo fue promulgado por el Concilio de Tours en 1163, para prohibir la
práctica de la cirugía a los monjes, bajo el lema: “Ecclesia abhorret a sanguine” (la Iglesia aborrece la sangre).
Perteneciendo a una tradición distinta, existieron, al menos desde el
siglo X, operadores empíricos especializados
en alguna intervención en particular (hernias, batido de cataratas, litotomías…). Éstos viajaban continuamente de un lado para otro, y su carácter ambulante les
permitía afrontar mejor el alto riesgo de estas intervenciones y el posible
descontento de sus clientes. En el mundo islámico existió una cierta aversión hacia las prácticas
quirúrgicas. El único autor árabe que escribió un libro exclusivamente dedicado a la
cirugía fue Abulcasis de Córdoba (936-1013). Su obra se inspiró en un autor
griego y comienza lamentándose de que “ya
no se honra a la cirugía entre nosotros. En su decadencia actual, ha
desaparecido sin dejar casi ningún rastro… yo me he resuelto a restaurar esta
ciencia”. No obstante, su obra tuvo poca influencia en el mundo islámico, pero si fue grande la repercusión que tuvo en el occidente cristiano después de
su traducción al latín en la Escuela de Toledo. Su libro estaba dividida en tres partes: a) el uso del cauterio (muy
utilizado entre los árabes); b) de los instrumentos cortantes, y c) de las
fracturas y luxaciones. Destacan sus descripciones y dibujos de una gran
cantidad de instrumentos quirúrgicos, muchos de ellos diseñados por él mismo.
Durante la Baja Edad Media, se escribieron los primeros
tratados quirúrgicos del occidente cristiano (siglo XII) en
la Escuela de Salerno. El más antiguo de ellos es anónimo, basado en
Pablo de Egina y Abulcasis, se conoce con el nombre de Cirugía de Bamberg (por la ciudad en la que se conservó el
manuscrito). Poco después escribió Rogerio
Frugardi su Practica chirurgiae, que fue la base del resurgimiento quirúrgico
bajo medieval en las universidades del norte de Italia y de Francia.
En el siglo XIII destacó la Universidad de Bolonia, que fue de las pocas
que toleraron el cultivo de la cirugía. La máxima figura de la cirugía francesa de aquella época fue Guy de
Chauliac (1298-1368). Su Chirugia magna fue el libro quirúrgico más
influyente durante los dos siglos siguientes. Y su obra no fue superada hasta
el Renacimiento. Describe, entre otras cosas, las técnicas anestésicas de su
tiempo (esponjas impregnadas con opio, hiosciamina, raíz de mandrágora, hiedra
y cicuta).
Representaciones de "El Hombre Herido", en las que se mostraba a un hombre herido por distintas armas en distintas partes del cuerpo. Explicaba las complicaciones de éstas y los posibles tratamientos a seguir.
Surgen a partir de la publicación en Venecia del Fasciculus Medicinae de Johannes de Ketham (1492)
La mayoría de los cirujanos pertenecieron a una tradición culta y
universitaria, pero esto fue una excepción que sólo perduró en algunas
facultades de medicina del sur de Europa, mientras que las universidades
norte-europeas rechazaron el estudio de la cirugía por considerarla una
actividad no científica, impropia de la universidad, y un trabajo manual
indigno de los médicos. Un cirujano comentó que no debía de existir una
diferencia entre medicina y cirugía, que un buen cirujano debía tener una buena
formación médica y a la inversa. El rechazo que experimentaron los cirujanos en las universidades les
condujo a asociarse en cofradías y gremios, independientes de los médicos, pero
más en relación con el trabajo de los barberos, con quienes mantenían
conflictos de competencias laborales.
En el siglo XIII, Jean Pitard, cirujano real, fundó en París la primera
cofradía puramente quirúrgica, bajo la advocación de san Cosme y san Damián.
Esta cofradía se uniformó a sí misma con una bata larga, mientras que los
cirujanos-barberos permanecieron uniformados con una bata corta, símbolo de
menor prestigio. Pero, con el tiempo, este tipo de cofradías exclusivamente
quirúrgicas fueron suplantadas en el ejercicio práctico de los gremios, más
numerosos, de los cirujanos-baberos. En Inglaterra, el rey Enrique VIII resolvió las disputas entre barberos y
cirujanos fundado una “Real comunidad de barberos-cirujanos”, de forma que los
cirujanos más experimentados debían abstenerse de afeitar y cortar el pelo, y
los barberos no debían de realizar ninguna labor de cirugía mayor. Aunque había
actos quirúrgicos que podían ser efectuados por unos o por otros, como las
sangrías y las extracciones dentarias.
Por otra parte, estos
cirujanos-barberos, mucho más numerosos que los médicos universitarios,
asumieron de hecho buena parte de lo que hoy llamaríamos “atención primaria”
del pueblo llano, para el que no resultaba accesible la medicina.
El aprendizaje en los gremios de cirujanos-barberos seguía los cauces
habituales en los oficios. Y así, quienes practicaban la cirugía tenían en
general una escasa instrucción teórica. No
obstante, en el seno de estos gremios se fue acumulando una experiencia
directa y , algunos miembros, generalmente en relación con el ejército,
comenzaron a escribir libros de cirugía en idioma vernáculo, distinto del latín
que prevalecía en las universidades.
Patricia.
Fuente:
Sánchez González, M.A. (2012) Historia de la Medicina y Humanidades Médicas. Elsevier (España).
Fuente:
Sánchez González, M.A. (2012) Historia de la Medicina y Humanidades Médicas. Elsevier (España).
Sánchez Granjel, L. (1981) La Medicina española antigua y medieval. Universidad de Salamanca (España).
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