Grupo de 4º de Arqueología de la UCM: Helena Muñoz, Patricia González, Andrea de Juan y Nuria Schlesinger.

jueves, 26 de noviembre de 2015

¡Terminado y listo para grabar!

   ¿No pensarías que me olvidé del vestido, verdad? Pues ya está acabado. Me ha llevado mucho tiempo, mucha tela y mucho hilo para la poca habilidad que tengo como costurera; eso sí, a todo mi trabajo pienso sacarle provecho en ferias medievales.
Primero, voy a recuperar desde el último momento en que lo deje: el teñido. Es una lástima que por falta de tela en la mercería tuviese que comprar unos paños de punto que no fijaron correctamente el tinte, pero creo que el resultado no es muy desagradable a la vista (aunque es obvio que hay una diferencia de color). Segundo, elegí un granate muy similar al púrpura antiguo pero se ha quedado en un vivo fucsia pero, a pesar de este otro problema, el resultado no me ha decepcionado. Juzgadlo vosotros.









Las mangas son amplias y triangulares con un reborde blanco que simule el recogido (porque sin él, las llenaría de suciedad del suelo de lo largas que son).

Para poder añadir algo más de juego, añadí una tela con estampado en el pecho y lo enmarqué con perlas y un falso hilo de oro que disimulase el borde del añadido.




El ultimo añadido, muy a mi pesar, lo he hecho con auténtica piel de conejo. No la he comprado sino que, en palabras de mi madre, “se cayó hace 15 años de un camión y un familiar las recogió”. Así que tengo dos juegos de pieles desde hace años y ya hemos encontrado el momento de usarlas, así que las he cortado en tiras y las he cosido al cuello.



Para la cofia no me hace falta más que dos tiras de tela blancas y un par de alfileres.

Los últimos detalles: guantes de piel, falda interior, bolsa de cuero, cinto y una cuidada selección de anillos. Aquí tenéis una arte de estos añadidos: el cinto para sostener la hopalanda, la bolsa bien aferrada al cinto para que no me roben las monedas (aunque no sé si las nobles evitaban llevarlo en un lugar visible), la cofia y la falda. Sólo han hecho falta unas puntadas de retoque ¡y listos!




Cuando consiga una cámara decente y un espacio con luz natural podréis verlo en cuerpo entero. De momento, aquí tenéis un selfie medieval.


Saludos de Helena :)


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